UNAS PALABRAS DE LA AUTORA
«Me he pasado la vida empujando el tiempo. No he
sido consciente de lo deprisa que ocurre todo. He dedicado una parte muy
importante de mi presente a ordenar y salir al encuentro de lo que tenía que
hacer o resolver en el futuro más inmediato: los hijos, la familia, el trabajo,
la casa, los problemas de la vida cotidiana, el amor…
Lola Herrera durante la presentacion de su libro en Madrid |
En algún sitio he leído que la ansiedad y el miedo alteran
la vida. Si es así, mi vida, desde el momento de mi nacimiento, ha sido y es
una alteración continua, una montaña rusa. Trato de hacer lo posible para
quedarme en la parte más baja, pero la fuerza de lo que me ocurre me lleva una
y otra vez a la más alta.
No recuerdo desde cuándo —yo creo que desde siempre—
vivo etapas de ansiedad y de miedos, provocadas por la angustia de no poder
responder a todo lo que me comprometo. Compromiso… Esa palabra me ha ido
llevando de un lado a otro y muchas veces a empujones.
He llegado hasta aquí por el camino más coherente que
encontré. Tengo la fortaleza del débil, siempre pensé que lo era. Sí, me sentía
y me siento débil, pero, cuando miro hacia atrás, me sorprendo al visualizar
mentalmente el camino recorrido y las dificultades superadas. Pienso que las
situaciones difíciles te enseñan a medir los riesgos y te otorgan un sexto
sentido, una prudencia que se convierte en ayuda, una ayuda impagable.
Últimamente, administro la energía de que dispongo con
mucho cuidado para que me dure más. Tengo muchas cosas por hacer… La ilusión y
las ganas son mis amigas del alma, ellas siempre me abren las puertas para descubrir
cosas nuevas, son las que me invitan a disfrutar de la vida, a ver el vaso
medio lleno… casi siempre.
Quiero deshacerme de todo lo que tengo en el
trastero. Necesito una limpieza total, también en la casa y en los armarios.
Tengo claro que no necesito un montón de cosas y no me gustaría dejar a mis
hijos esa tarea. Me sobra casi todo. Deseo eliminar lastre, sentirme ligera…
Nací con unas páginas en blanco que se han ido
cubriendo a lo largo de mi vida de mil colores. Todavía faltan por llenar
algunas y desearía colorearlas con los sueños pendientes, muy íntimos,
personales, aún no cumplidos. Espero que la vida me conceda ese placer.»
Lola Herrera
PRESENTACION DEL LIBRO EN
MADRID:
UNAS PALABRAS DE LA PROLOGUISTA
«Me
quedo con lo mejor. Así es como Lola ha querido llamar a su libro, a
los pedazos de su vida que nos cuenta con el corazón en la mano. Lo ha escrito
con sencillez, con naturalidad, con verdad y con emoción. Por eso, al leerlo,
lo creemos. Por eso nos resulta tan fácil entrar en su historia, recorrer sus paisajes,
caminar a su lado.
Conozco
la vida de Lola Herrera y he formado parte de ella en muchos momentos. Somos
amigas desde hace tantos años… Desde que “éramos pequeñas” y ella acababa de
llegar en el tren de su Valladolid para empezar a trabajar en la mítica cadena
SER. Empezamos entonces a rodearnos de amigos comunes: Remedios de la Peña, Juana
Ginzo, Antonio Calderón… Nombres que hicieron la historia de aquella magnífica
Radio.
Pilar Baden y Natalia Figuero, entre otros arropan a Lola Herrera |
Llegaron
tiempos muy difíciles, muy duros, y Lola logró ser una superviviente. En medio
del temporal se agarró a una tabla de salvación que nunca soltó. Supo desde
siempre lo que quería y luchó por ello con todas sus fuerzas. Ser actriz, estar
divorciada y sola, sin medios y con dos niños muy pequeños, no era tarea nada
fácil en aquellos tiempos.
Ella
escribe: “En muchas ocasiones me han calificado de valiente, pero nada más
lejos de la realidad. La fuerza de la necesidad fue la que me empujó a gritar”.
Gritó muy fuerte y no se dio por vencida. Siguió caminando el camino elegido.
En este libro aprenderás, lector, a conocer (hasta donde ella te lo permite) a
esta “muchachita de Valladolid” que es, hoy, una de nuestras más grandes
actrices. Dentro de estas páginas está su infancia, su familia, su barrio, la
guerra… Está la cómoda de su abuela, que era como el arcó iris, como un enorme
caleidoscopio, algo que se le quedó grabado para siempre. “Aquellos colores
iban a ser uno de mis grandes refugios. Contemplar el color me llena de energía
positiva, influye en mi estado de ánimo, en muchas cosas, todas buenas”.
En
la vida de Lola Herrera hay un ANTES y un DESPUÉS de su encuentro con Miguel
Delibes. Su magistral interpretación del personaje de Carmen Sotillo en Cinco
horas con Mario quedará para siempre escrita con letras de oro. Y lo que
son las cosas: fue Lola quien, un día, me hizo conocer a Delibes, por quien yo
sentía una admiración ilimitada.
En
aquellos años, cuando interpretaba por toda España la obra del gran escritor
vallisoletano, Lola encontró su casa soñada en Galicia. En lo alto de un monte,
en una pequeña aldea de cincuenta vecinos, construida en piedra de Porriño un
poco rosada, destrozada y con cien años de edad… Fue un flechazo. Esa era LA
casa. Y lo fue durante veintitantos años, llenando de felicidad a su propietaria,
que escribe algo tan bonito como esto: “Aquella casa y yo nos ayudamos
mutuamente. Cuando nos encontramos, las dos estábamos en muy mal estado. Luego
nos reconstruimos juntas. Los pilares de ambas eran sólidos, y sobre ellos nos
levantamos con fuerza, con calidez y rodeadas de flores por todas partes”. La
casa gallega rodeada de flores fue un refugio maravilloso para Lola, para sus
padres, para sus hijos. Estas páginas nos lo cuentan. Como nos cuentan la
devoción que tuvo Lola por sus padres, pilares de su vida y a quienes debe el
haber hecho posible su profesión.
Paso
a paso, esa profesión iba caminando hacia el éxito. Se sucedían las funciones
importantes, los personajes interesantes, los grandes estrenos, las críticas
magníficas. Lola era una de las mejores, de las más buscadas. Y llegó el
momento en que pudo permitirse el gran lujo de negarse a hacer determinadas
cosas. Pudo elegir.
Hoy,
Lola recoge lo que ha sembrado durante tanto tiempo. Su prestigio es enorme. Ha
llegado a un lugar muy alto. Es admirada, aplaudida y respetada. Su nombre
suena a triunfo.
Ha
llegado hasta aquí sorteando todos los obstáculos de su camino, no dándose por
vencida aunque tantas veces haya estado a punto de hacerlo, pisando fuerte y
sabiendo lo que quería y lo que no quería. Se ha quedado CON LO MEJOR. Y lo
mejor es tanto que borra lo peor. Lo mejor es tanto que le hace sentirse plena,
que le hace considerarse una privilegiada. Lo mejor es tanto que Lola no vuelve
la vista atrás. Y vive su HOY llena de serenidad. Es el premio que merece».
mercedes.pacheco@esferalibros.com
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