miércoles, 13 de noviembre de 2013

UNA BODA REALMENTE GRACIOSA


Paola García-Sanjuan y Juan Alía Mateo tuvieron una boda peculiar y con sus propios matices que generaron especial encanto, gracias a la maestría de la empresa organizadora, D.O. Unique Events.




    El nuevo matrimonio de Juan Alía y Paola García Sanjuán 
da un paseo por la Isla de la Graciosa 


El novio, junto a sus testigos,llegaron montados en bicicleta a la iglesia de la pequeña isla de La Graciosa - la Octava isla -  y a escasos 10 minutos aparecieron un grupo de niñas, a modo de damitas de honor de boda, con atuendos típicos de la Graciosa, también en bicicletas acompañando a la novia que se presentó en coche eléctrico, escoltado por todos sus hermanos.



     
                                                           Juan Alía con sus testigos de boda


Después de la celebración, los novios salieron al exterior de la capilla moviéndose a ritmo de baile. Más de 300 gracioseros se mantenían a la espera para verificar qué caras conocidas habían asistido como invitados. 


Los novios se dirigieron hacia la carpa instalada en el antiguo varadero, donde esperaban
los invitados para brindar con botellines que transportaban en carretilla de obra, medio habitual portamaletas en la isla. 


Los invitados pudieron disfrutar del catering organizado por el Restaurante La Cascada de Varadero, en Puerto del Carmen, compuesto de quesos de la isla de Lanzarote, jamón serrano colocado sobre barco pesquero, bajo la maestría de dos cortadores de jamón traídos expresamente para el enlace, surtido de platos canarios: lapas, morcilla, helado de tomate con queso de cabra, porritos de queso fresco, cabra confitada, mouse de gofio regados por caldos de vino blanco de Lanzarote y tinto de La Rioja.


El novio, la novia y Cristóbal Sánchez, propietario de la empresa 
que organizó la fiesta y el catering D.O. Unique Events 
  
De repente la noche se convierte en un fabuloso y llamativo carnaval con la batucada de 30 personas - Villa Pipol -  que hizo vibrar a los invitados con su ritmo de sones caribeños.  Se repartieron disfraces a los invitados para que nadie dejara de mimetizarse con el ambiente y seguidamente, espectaculares fuegos artificiales sirvieron de broche para una noche llena de celebración.


 Una istantania de la fiesta nocturna 

Texto Alejandro Morales 
Fotos Leandro Betancor



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